Señor editor:
El advenimiento de la contingencia global sanitaria generada por SARS-CoV-2 significó un grave a los diferentes sistemas de salud, puesto que por un lado aumentó exponencialmente el número de contagios y en otra estancia significó el desarrollo de nuevas tecnologías de inmunización para frenar la transmisión del patógeno. Sin embargo, la implementación de dichas tecnologías o mecanismos de inmunización, significó una carga adicional a los diferentes sistemas de salud, dados los diferentes efectos adversos que representó la aplicación o suministro de vacuna para SARS-CoV-2 en la población (1).
En Colombia, la estrategia de inmunización para SARS-COV-2 se comenzó a implementar en noviembre del 2021. En la actualidad se han dispuesto más de 88 millones de dosis en la población colombiana, las cuales representan 36 millones de personas inmunizadas con primera dosis, 29 millones de personas con dos dosis, 13 millones de personas con primera dosis de refuerzo y alrededor de 1 millón de personas con dos dosis de refuerzo (2).
Como cualquier biológico aplicable o terapia de inmunización supone inicialmente síntomas leves y de corta duración como febrícula, dolor y eritema en el sitio de punción, otros efectos usualmente presentes suelen ser diarrea, anosmia y ageusia, entre otros (3).
El avance de la cobertura poblacional con inmunización para SARS-CoV-2 ha permitido seguir de cerca los eventos adversos atribuibles a la vacunación, entre ellos los más frecuentes fueron: fiebre, escalofríos y dolor muscular. Tras la aplicación de la primera dosis los efectos más frecuentemente presentados son dolor en lugar de la inyección, fatiga, cefalea y mialgia. La reactividad de estos síntomas ha sido sustancialmente mayor después de la segunda dosis (1). Se han descrito en la literatura otros efectos secundarios más severos como: anafilaxia (usualmente asociado a biológicos con tecnología ARNm); trombosis venosa cerebral (asociado a biológicos con tecnología adenovirus), entre otros (4, 5).
En Colombia según datos del Instituto Nacional de Salud (INS) se han notificado durante el 2022, 108 casos relacionados con eventos adversos graves posteriores a la inmunización por SARS-CoV-2, lo que representa una disminución del 80,8 % de los casos con respecto al año 2021 (Figura 1).
En los dos años, ambos sexos se encontraron afectados en igual proporción. Del total de eventos adversos, el 87 % ha requerido hospitalización; los signos y síntomas más frecuentes en el cuadro clínico asociados a la inmunización por SARS-CoV-2 fueron: fiebre, convulsión febril, celulitis, hipotonía, absceso, urticaria, eczema y choque anafiláctico respectivamente (6).
Un estudio de carácter retrospectivo, realizado por Salas Taborda et al. en el año 2022, evaluó en el personal de salud de la costa colombiana los principales eventos adversos en relación a la inmunización por SARS-CoV-2, en el cual se encontraron los siguientes efectos posteriores a la aplicación de la primera dosis: fiebre, cefalea, tos, diarrea, pérdida del olfato y del gusto. Otros síntomas poco frecuentes encontrados en el programa de inmunización en personal de salud de la costa colombiana fueron: escalofríos, mialgias, artralgia, vómitos, náuseas, adenopatías y somnolencia. La fiebre , cefalea , tos y pérdida del olfato fueron los eventos adversos más prevalentes en el personal con dosis de refuerzo de inmunización(3).
Lo anterior ha traído múltiples posturas en la población colombiana, tales como resistencia a la vacunación por creencias en relación a creencias propias, entre ellas: argumentos relacionados con la falta de eficacia, desinformación y noticias falsas; lo que generó múltiples emociones como ira, miedo y tristeza(7).
Por lo planteado anteriormente, se hace necesario incluir dentro de las políticas de salud pública que se están implementando, la inmunización masiva en Colombia, los programas activos de capacitación y la difusión de información de manera asertiva acompañada de la mejor evidencia científica disponible acerca de la poca prevalencia de los eventos adversos en relación a la inmunización con SARS-CoV-2; de la misma forma, se debe informar qué hacer en caso de presentar alguno de los síntomas mencionados con anterioridad. La vacunación supone un avance importante en el control de la pandemia y en la recuperación del sistema de salud y de todos los actores que lo conforman.